Tus clientes son personas. Seres humanos con sentimientos, emociones, deseos, ansiedades, sueños y aspiraciones. Cada uno con las suyas, que van cambiando con la edad y las circunstancias.
Así que te conviene tratarlos como las personas que son.
Te propongo que hagas un ejercicio que te ayudará a visualizar el título de este artículo. Ahora que tan de moda está la inteligencia artificial y demás programaciones automatizadas, prueba a hacer una comparación en 4 pasos:
(el artículo sigue en la web Repensar el Negocio. ¡Pásate para saber cómo potenciar ese factor humano que te hará diferente!)
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